Reciclaje Empezar de nuevo

Los tapones de corcho son biodegradables y absorben CO2, pero su vida no termina una vez abierta la botella. El reciclaje y la reutilización de materiales permiten prolongar el ciclo de vida de los tapones de corcho, contribuyendo de este modo a un mundo mejor. Aunque el corcho reciclado nunca se utiliza para hacer nuevos tapones, se puede utilizar en muchas otras aplicaciones.

Los tapones de corcho, al igual que el alcornoque del que proceden, retienen partículas de CO2 de manera natural. Un solo tapón de corcho puede retener hasta 562 gramos de CO2. Pero para un material tan especial como el corcho, esto es solo el principio. ¡Pop! Una vez abierta la botella, empieza un nuevo viaje para el corcho.

Dado que los tapones de corcho son positivos de suyo, la posibilidad de prolongar su ciclo de vida mediante el reciclaje y la reutilización da un nuevo brío a su perfil ecológico.

Por ser el mayor productor de corcho de todo el mundo, Amorim ha desempeñado un papel pionero en el reciclaje de este material. El Grupo empezó con un programa de reciclaje de tapones en Portugal - Green Cork -, y se pusieron en marcha iniciativas similares en otros países, como Estados Unidos y Canadá (ReCork), Francia (EcoBouchon), Italia (Etico), Reino Unido, Sudáfrica y Australia. En muchos países, las campañas de reciclaje de tapones adoptan una vertiente de responsabilidad social: por cada tonelada de tapones recogida, se realiza una donación a una institución que beneficie a la sociedad civil.

Aunque los tapones de corcho son sostenibles por naturaleza - por tratarse de un producto 100 % natural y biodegradable -, su impacto medioambiental positivo puede prolongarse mediante el reciclaje. En las instalaciones de Amorim, los tapones de corcho usados se tratan y transforman en granulado de corcho, con lo que se inicia un nuevo ciclo. A pesar de que nunca se vuelve a utilizar como materia prima para otros tapones, el corcho reciclado encuentra múltiples aplicaciones, ya se trate de revestimientos, aislantes, superficies deportivas, pelotas de tenis, zapatos o componentes para aviones.

Reutilizar los subproductos del proceso industrial para garantizar que nada se pierde y todo se transforma es otra de las premisas de Amorim. Solo el 30 % del corcho reúne los requisitos de calidad necesarios para fabricar tapones naturales, pero el resto no se desperdicia. Triturado y transformado en granulado, el corcho regresa al proceso productivo de tapones técnicos, corcho expandido o compuestos de corcho. El resto se convierte en biomasa - polvo de corcho - que cubre más del 60 % de las necesidades energéticas del Grupo. Desde las planchas hasta el polvo de corcho, se hace realidad un modelo perfecto de economía circular.

"Trabajar con un material que no produce desperdicios, porque todo es reciclable, nos permite diseñar y explorar libremente diferentes geometrías".

Amanda Levete, arquitecta

La dehesa

Los alcornocales, también llamados dehesas, son embajadores de la sostenibilidad, y la fuerza motriz del desarrollo sostenible. Desempeñan un papel determinante para el equilibrio ecológico del planeta, combaten el cambio climático y la desertificación, y protegen la biodiversidad.

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