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El corcho Mitos y curiosidades

La norma ISO14067 se centra en evaluar y comunicar la cantidad de gases de efecto invernadero liberados durante el ciclo de vida de un producto, proporcionando un marco normalizado para calcular la huella de carbono de un producto.

La norma ISO 14067 permite incluir el secuestro de carbono relacionado con el suelo. Se aplica a todos los bienes y servicios, incluidas todas las fases del ciclo de vida del producto, y establece requisitos para cuantificar las emisiones de GEI a nivel de producto.

No. La adhesión a la norma es voluntaria, pero muchas empresas están realizando estudios de la huella de carbono de sus productos para demostrar su compromiso con la sostenibilidad y mejorar su transparencia en la comunicación medioambiental, contribuyendo positivamente a la adopción de medidas para minimizar la huella de carbono de sus productos.

Todos los estudios sobre la huella de carbono se someten a verificación externa por parte de un tercero (APCER), de acuerdo con la norma internacional ISO14067, e incluyen  datos sobre la captura de carbono y las emisiones en las distintas fases del ciclo de producción (desde las materias primas hasta los productos acabados).

Los estudios anteriores se realizaron según las normas ISO 14040/44, que no incluyen el carbono secuestrado por el suelo. Por su parte, los estudios más recientes, realizados en base a la norma ISO 14067:2018, que define los criterios para estimar las emisiones de gases de efecto invernadero y la huella de carbono de los productos, establecen que los cambios en el carbono resultantes del uso de la tierra y los cambios en el uso de la tierra deben incluirse en las evaluaciones de la huella de carbono.

Pereira y Tomé, en un estudio de 2014, presentan datos sobre la cantidad de corcho que se puede extraer de un alcornoque. Siguiendo una estimación proporcionada por el Woodland Trust, que afirma que el diámetro de las raíces puede ser hasta 12 veces mayor que el diámetro del tronco, y considerando el diámetro medio del tronco de 29,2 cm, según el IFN6, fue posible estimar que un alcornoque ocupa alrededor de 10 m de suelo con su sistema radicular. En cuanto al almacenamiento de carbono, el valor medio en el suelo (entre 0 y 40 cm de profundidad) para las plantaciones de Quercus Suber es de aproximadamente 66 toneladas de carbono por hectárea (Tabla 6-14, NIR, 2023), convertido a CO2 equivalente utilizando el factor 44/12, que tiene en cuenta la relación entre el peso molecular del dióxido de carbono y el peso atómico del carbono.

Complejidad y variabilidad - La fase de fin de vida puede implicar distintos métodos de tratamiento, como el reciclado, la incineración o el vertido. Las emisiones asociadas a  estas opciones pueden variar significativamente, lo que dificulta su cuantificación exacta. Disponibilidad de datos - Obtener datos fiables sobre las emisiones al final de la vida útil es todo un reto. La falta de información precisa puede poner en peligro la solidez de los cálculos de la huella de carbono. Centrarse en el impacto inmediato - Amorim Cork decidió dar prioridad a las fases del ciclo de vida en las que tiene mayor control y puede aplicar mejoras inmediatas, como la producción y el transporte. Normas y requisitos de información - Las distintas normas y directrices para calcular la huella de carbono tienen requisitos diferentes. Amorim Cork ha optado por una estrategia centrada en el enfoque "cradle-to-gate", en consonancia con los requisitos normativos y de información.

Los tapones de corcho se fabrican a partir de un material natural y renovable, y su extracción no implica la tala de árboles. Además, los alcornocales (de donde se obtiene el corcho), y en particular el suelo, capturan y almacenan carbono, contribuyendo a la reducción de las emisiones netas de CO2.

• Tipo de tapón (natural, colmatado o microaglomerado);
• Origen de la materia prima;
• Energía utilizada en la producción y la transformación;
• Distancia recorrida en transporte;
• Opciones de eliminación y/o reciclado.

Los estudios de huella según la norma ISO14067 permiten demostrar el impacto medioambiental asociado a la elección del tapón mediante datos transparentes y creíbles, lo que en sí mismo constituye un diferenciador competitivo en el mercado y ayuda a tomar decisiones más informadas no solo a la hora de elegir un producto, sino también de optimizar los procesos de producción para reducir la huella de carbono. Realizando cálculos complementarios, incluyendo el transporte desde la fábrica hasta el cliente y/o procesos de producción específicos, es posible que los clientes incorporen el valor de la huella de carbono del tapón de corcho a sus propios cálculos.

• Optar por tapones certificados y de origen sostenible;
• Participar en programas de reciclaje del corcho para promover la extensión del ciclo de vida del producto;
• Dar preferencia a los productos que apoyan la conservación y la gestión responsable de los alcornocales.