El corcho Mitos y curiosidades

¿Sabía usted que un solo tapón de corcho puede presentar un balance de hasta -392 gramos de CO2?

¿Que el corcho ya se utilizaba en el Antiguo Egipto, y que sirve para producir energía? ¿Sabía que existen numerosos estudios que demuestran que los consumidores asocian el corcho a los vinos de calidad superior?

Descubra todo lo que siempre quiso saber sobre el corcho.

El corcho es la corteza del alcornoque (Quercus suber L). Es una materia prima totalmente natural, con propiedades únicas que le otorgan un carácter inigualable. Es ligero, impermeable a los líquidos y a los gases, elástico y compresible, ofrece aislamiento térmico y acústico, su combustión es lenta y es muy resistente a la fricción. Además, es totalmente biodegradable, renovable y reciclable.

El corcho se extrae del tronco del alcornoque cada nueve años, sin dañar el árbol. Las mayores áreas forestales de alcornoque (alcornocales) se encuentran en países del Mediterráneo occidental: Portugal, España, Italia, Francia, Marruecos, Túnez y Argelia.

La producción mundial de corcho es de 340 000 toneladas al año, de las cuales el 55 % procede de Portugal.

No. La extracción del corcho es un proceso controlado que no requiere la tala de los alcornoques, al contrario, ayuda a que estos se regeneren. La industria del corcho permite la continuidad de los alcornocales, ya que contribuye al mantenimiento de los bosques y de las poblaciones que de ellos dependen. Una reciente estimación prevé que solo en Portugal, donde se encuentra la mayor superficie mundial de alcornocal, hay una cantidad de corcho explotable suficiente para satisfacer la demanda del mercado durante los próximos 100 años.

Robert Hooke descubrió las células en 1665. Al observar con un microscopio rudimentario un pedazo de corcho, este científico inglés comprobó que estaba compuesto por cavidades poliédricas a las cuales llamó células (del latín cellula, habitación pequeña).

Cada tonelada de planchas de corcho puede dar lugar a una media de 66 700 tapones.

Sí. Al tratarse de un producto 100 % natural, los tapones son biodegradables y no contaminan el medioambiente si se tiran a la basura. No obstante, son totalmente reciclables y reutilizables. Aunque el corcho reciclado no se vuelve a transformar en tapones, puede utilizarse en materiales de revestimiento, aislamiento, tablones de corchokayaks de alta competición, raquetas de bádminton, pelotas de tenis y de críquet, componentes de automóviles y aviones, piezas de diseño y moda, y para muchos otros fines.

La motivación medioambiental es uno de los aspectos más importantes del reciclaje. Los tapones de corcho fijan las partículas de CO2 retenidas por la corteza del alcornoque. Si se descomponen o se incineran, liberan este CO2 a la atmosfera, contribuyendo así al calentamiento global. El reciclaje permite prolongar la capacidad de retención de CO2 del corcho. Cada tonelada de tapones de corcho retiene cerca de 1,07 toneladas de CO2 que, después de reciclarse, permanecen retenidas para siempre, ya que la reutilización de esta materia prima es ilimitada.

Por otro lado, el reciclado de los tapones usados también ayuda a potenciar la reutilización de la materia prima y a reducir el coste relacionado con la producción de otros objetos de alto valor añadido.

Amorim es pionera en el fomento del reciclaje de tapones y lleva a cabo programas de recogida en Portugal, EE. UU., Canadá, Francia, Italia, Reino Unido, Sudáfrica y Australia.

Conozca los proyectos de recogida de tapones en:

Ligereza
El corcho es una materia prima muy ligera, que pesa solo 0,16 g/cm3 y flota.

Flexibilidad/compresibilidad
Cada tapón de corcho está formado por cerca de 800 millones de células estancas. Entre ellas existe una mezcla gaseosa que permite comprimir el corcho hasta casi la mitad de su anchura, sin perder flexibilidad, y que al descomprimirlo recupere su forma original. Es lo que se denomina memoria elástica. El corcho es el único sólido que al comprimirlo en uno de sus lados no aumenta de volumen en el otro. Esta particularidad le permite adaptarse a variaciones de temperatura y de presión sin comprometer su integridad como tapón.

Impermeabilidad
Gracias a la suberina y a los ceroides es prácticamente impermeable a líquidos y gases.

Imputrescibilidad
El corcho es altamente resistente a la humedad y, por tanto, a la oxidación y podredumbre que esta produce.

Aislamiento
El corcho es un excelente aislante térmico, sonoro y vibrático. Con respecto al vino, las propiedades aislantes del corcho ayudan a que los tapones sean la mejor protección contra las variaciones de temperatura.

Biodegradable, reciclable y renovable
El corcho es una materia prima natural, 100 % biodegradable, reciclable y renovable. Un tapón de corcho reciclado nunca se utiliza para fabricar otro tapón de corcho, pero su reciclaje tiene una infinidad de usos, desde materiales destinados a la construcción, la moda, el deporte o el arte hasta la industria aeronáutica, entre otros.

El corcho está compuesto por células de suberina en forma de un minúsculo prisma pentagonal o hexagonal, un ácido graso complejo y se encuentra relleno de un gas similar al aire que ocupa cerca del 90 % de su volumen. Posee una densidad media aproximada de 200 kg/m3 y una baja conductividad térmica.

Cada centímetro cúbico de corcho puede contener cerca de 40 millones de células. Y en un único tapón de corcho hay cerca de 800 millones de células.

Hay indicios de que los pueblos del antiguo Egipto y la civilización romana ya utilizaban el corcho. En Francia se encontraron ánforas del s. III a.C. llenas de vino que todavía estaba en buen estado de conservación. El uso del corcho antes de la era industrial se remonta al final del s. XVII.

El descorche es el proceso ancestral de extracción de la corteza del alcornoque, el corcho. Este trabajo lo llevan a cabo profesionales especializados, con la máxima precisión, empleando una única herramienta: el hacha.

Esta delicada operación se realiza entre mayo y agosto, cuando el árbol se encuentra en una fase más activa de crecimiento y resulta más sencillo retirar la corteza del tronco. La extracción del corcho es el trabajo agrícola, estacional, mejor pagado del mundo.

A lo largo de su vida, el alcornoque puede ser descorchado unas 17 veces, con intervalos de al menos nueve años, lo que significa que la explotación de corcho durará, como media, 150 años.

El primer descorche se llama bornizo y de él se obtiene el corcho virgen, que presenta una estructura muy irregular y una dureza que lo hace difícil de trabajar.

Nueve años después, en el segundo descorche, el corcho, llamado segundero, ya tiene una estructura regular, menos dura.

El corcho de estas dos primeras extracciones no es apto para la fabricación de tapones, de modo que se utiliza para aplicaciones de aislamiento, pavimentos u objetos decorativos, entre otros.

A partir del tercer descorche se obtiene el corcho hembra o de reproducción. Solo este corcho presenta una estructura regular, con lados y barriga lisos y con las características ideales para la producción de tapones naturales de calidad.

El primer descorche se realiza cuando el alcornoque ha cumplido 25 años y el tronco ha adquirido un perímetro de 70 cm, medidos a 1,5 m del suelo. Los descorches posteriores se realizan con un intervalo de al menos nueve años.

No. Los descorches se realizan a mano y sin talar los árboles. Además, el alcornoque realiza un proceso original de autorregeneración de la corteza, lo que le otorga a la actividad de extracción del corcho un carácter excepcionalmente sostenible.

No. Después del descorche, las planchas se apilan bien en estructuras y se dejan al aire libre durante al menos seis meses para que el corcho se estabilice. Este proceso se rige por el cumplimiento riguroso del Código de Prácticas Taponeras.

Del alcornoque no se desperdicia nada, todos sus componentes tienen una utilidad ecológica o económica:

  • La bellota, fruto del alcornoque, se utiliza para propagar la especie y como forraje para animales y para la fabricación de aceites culinarios.
  • Las hojas se utilizan como forraje y fertilizante natural.
  • El material que resulta de la poda de los árboles y los ejemplares más decrépitos proporcionan leña y carbón vegetal.
  • Los taninos y los ácidos naturales presentes en la madera del árbol se utilizan en productos químicos y productos de belleza.

Gracias a las propiedades térmicas y a la débil combustión del corcho, los alcornoques son más resistentes al fuego que otros árboles. La lenta combustión del corcho es un retardador natural del fuego, formando una barrera contra los incendios. Su combustión no libera humo ni gases tóxicos.

Este hecho se debe a la alta especialización necesaria para que la extracción de corcho se realice sin dañar este preciado bien.

No. El genoma del Quercus suber L. es el mismo, por lo que no existen diferencias significativas con respecto a su origen. No obstante, existen diferencias individuales entre los distintos árboles

El contacto del tapón de corcho con el vino da lugar a la formación de compuestos antioxidantes y anticancerígenos que pueden reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y degenerativas. Además, con los desperdicios de la industria del corcho se crean compuestos que se aplican en adyuvantes de vacunas para mejorar la respuesta del sistema inmunitario.

Sí. El polvo de corcho puede utilizarse en la cogeneración de energía eléctrica, haciendo una importante contribución a la mejora de la eficiencia energética. Amorim satisface más del 60 % de las necesidades energéticas gracias al uso del polvo de corcho (biomasa), una fuente de energía neutra en términos de emisiones de CO2.

Por su ligereza y capacidad de aislamiento acústico y térmico, el corcho también se utiliza en las turbinas eólicas.

El nombre Quercus suber L. deriva de Lineu, que fue el primer botánico que describió esta especie.

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